El Martirio de la Mujer en Lars Von Trier

 




A lo largo de la historia la figura de la mujer ha sido tratada principalmente de forma misógina, de aversión a la mujer. Si nos fijamos en, por ejemplo, la Biblia donde la mujer es tratada casi como la encarnación del mal. Ha pasado al imaginario popular la historia en la cual por culpa de Eva el Pecado Original llega al mundo y que el pobre Adán intenta resistirse, pero, podríamos decir, que es obligado por Eva a ceder. Aquí ya se plantea a la mujer como culpable del mal del hombre. Pero esta visión no solo la vemos en la Biblia, también podemos ver este rastro de aversión a la mujer en la mitología griega, un claro ejemplo es el mito de Pandora. Pandora es la primera mujer, a demás es un castigo de Zeus a Prometeo por robar el fuego. Pandora tenía todas las virtudes de los dioses, pero a demás era portadora de la mentira y del engaño. Esta figura realmente es más conocida por la expresión: “abrir la caja de Pandora”. Se dice que Pandora tenía una vasija que le estaba prohibida abrir, pero su curiosidad pudo más y liberó todos los males que hoy hay en el mundo. Eva y Pandora son casi hermanas, ya que cometen la misma falta y con ello condenan al hombre.


Es importante tener presente estas dos historias, pero sobre todo que tanto en la mitología griega como en la religión cristiana la mujer es vista como la portadora del mal. Esto nos sirve de base para este ensayo donde vamos a analizar el martirio de la mujer de Lars Von Trier. Pero para llegar a entender a Lars Von Trier tenemos que entender sus influencias y sus referentes, y, al mismo tiempo, los referentes de estos referentes. Por eso es vital conocer a estas dos primeras mujeres, a estas dos portadoras del mal. Pandora y Eva, de alguna forma, pueden ser la justificación para que los personajes femeninos sean martirizados constantemente.


Por desgracia el cine tampoco se ha librado de esta visión misógina de la mujer, desde los inicios del cine se han presentado mujeres con poca capacidad de decisión, y, aquellas mujeres que no cumplen este patrón son o bien, encarnaciones del mal, creadoras de división y caos o castigadas por su falta de sumisión. Es decir, que muchos directores a lo largo de la historia del cine han martirizado a sus personajes femeninos a causa de esta visión. Un claro ejemplo es el cine de Buñuel o algunos personajes femeninos de John Ford.


En el cine de Buñuel el papel de la mujer es bastante llamativo. Por ejemplo, en Simón del desierto (1965) el diablo es una bella mujer, es la encarnación de Belcebú que intenta tentar y seducir a Simeón para que se baje de la columna donde ha estado años haciendo penitencia. En esta historia hay una clara visión de la mujer como portadora del mal. Otro ejemplo podría ser Susana (carne y demonio) de 1965. Susana vive en un nauseabundo reformatorio y desesperadamente le pide a Dios que la libere, hay un momento en que la misma Susana dice que su naturaleza es como la de una rata. Dios la acaba liberando. Ella consigue escapar del reformatorio y llega a una hacienda donde lo altera todo con su presencia. Susana va seduciendo a todos los hombres, crea conflictos entre ellos, hace peligrar a la familia del amo y señor de la hacienda: don Guadalupe. Aquí la mujer es presentada como un ser con una naturaleza vil, que ella misma llega a reconocer de forma encubierta al compararse, como ya se ha mencionado, con una rata.


Veamos la mujer en la película Centauros del desierto (1956) del director John Ford. Este filme a primera vista puede parecer que tenga más que ver con el racismo que no con el martirio de la mujer. Ethan regresa a su hogar después de la guerra de secesión, al poco de llegar los comanches asesinan a toda su familia y secuestran a su sobrina. Entonces Ethan emprende un viaje, junto a su sobrino Marty, en busca y rescate de su sobrina. Es justamente gracias a Marty que se produce la escena más importante para este ensayo: Marty acaba comprando sin querer a una esposa india, los dos hombres se ven obligados a cargar con ella. Hay una escena donde la mujer se recuesta al lado de él, acto seguido es pateada al suelo, en un gesto claro de desprecio, Ethan estalla en carcajadas por lo sucedido. Parece ser que ambos hombres se divierten viendo el sufrimiento de la mujer india. Este podría ser otro ejemplo del martirio que los personajes femeninos han de sufrir en el cine.


Seguidamente vamos a comentar el mito de Medea a través de los ojos de Dreyer y de Pasolini. Primero de todo vamos a ponernos en situación: Medea era una gran hechicera que se enamora de Jasón durante la búsqueda de este del Vellocino de Oro y decide ayudarlo en su búsqueda. Finalmente, los enamorados se casan y tienen hijos, pero Jasón traiciona a Medea abandonándola para casarse con la hija del rey de Corinto. Medea decide vengarse, asesina a toda la familia real, y además acaba también con la vida de los hijos que tubo con Jasón. Medea a sido representada de formas diversas, cada autor le ha dado diversos matices al personaje. La versión que más a influido en los cineastas como Dreyer o Pasolini es la de Eurípides que resalta aspectos más inquietantes y apasionados de Medea, la representa como un personaje desequilibrado por el abandono de su esposo y por los celos, que llega hasta el punto de matar a sus propios hijos hundida en su desesperación. Pero también puede ser vista como una mujer transgresora, que rompe con lar reglas establecidas y que se niega a adoptar una actitud sumisa si eso no la va a ayudar a lograr lo que desea.


Empezaremos hablando de la Medea de Dreyer. Es uno de los proyectos no realizados del director, tenía incluso el guion finalizado y una clara idea de como tenía que ser su realización y representación. Se dice incluso que ya tenia pensado una posible actriz (Maria Callas), que, curiosamente, acabó interpretando el mismo papel en la Medea de Pasolini. Dreyer interpretaba a Medea como uno de los personajes abnegados, una de sus mujeres sufrientes que caracterizan su filmografía, como también lo sería Juana de Arco, de la que hablaremos más adelante. El director intenta hacer comprensible los motivos que llevaron a Medea cometer el asesinato de sus hijos. Dreyer suaviza los momentos más trágicos y apasionados confiando en la excelencia del silencio, esto ocurre de forma similar en su Juana de Arco. La escena final del guion de Dreyer es la siguiente: Medea envenena a sus hijos y mientras se quedan “dormidos” les canta una nana. Esto hace de Medea un personaje muy trágico y humano, repudiada por los suyos por enamorarse de Jasón, que se convierte en su vida para finalmente ser abandonada por él, sufrir un terrible desamor y caer en tal desesperación que mata a sus hijos.


Hablemos ahora de la Medea de Pasolini. Pasolini entendía el cine como una forma de comprender el mundo. Medea (1969) se aleja de cualquier clasicismo, se profundiza en la confrontación de dos culturas: la religiosa y la laica. Pasolini hace una interpretación personal de Medea mezclando su visión propia, la visión de Apolonio de Rodas y la de Eurípides. Crea una Medea completamente contemporánea, no pretendía hacer una adaptación fiel a ningún texto. Una de las características de la Medea de Pasolini es que la reinterpreta por completo, pero el espectador tiene fácil acceso a la tesis de la obra, que tiene más que ver con la ética y con el comportamiento humano. Pasolini hizo una visión del mito más cercana con la historia de las religiones que con enfrentamientos personales y pasionales, que fue como Dreyer lo interpretó.


Para acabar de ahondar en los precedentes de Lars Von Trier vamos a analizar la figura de Juana de Arco. Para ello vamos a analizar las versiones de Dreyer y Bresson. Juana de Arco fue una joven campesina francesa que guio al ejercito francés para vencer a Inglaterra asegurando que Dios le había hablado y le había encomendado esa misión. Posteriormente, fue capturada y entregada a los ingleses donde fue sometida a intensos interrogatorios y finalmente condenada por herejía: se la condenó por vestir como hombre, por abandonar a sus padres y por oír voces que eran de origen demoníaco.


La pasión de Juana de Arco (1928) de Dreyer fue la película que lo llevó al reconocimiento mundial. En este filme se puede empezar a ver su particular desarrollo formal y su tratamiento de la imagen, donde, por ejemplo, las líneas paralelas y diagonales permanentemente se van equilibrando las unas con las otras. El director emplea principalmente primeros planos con la intención de angustiar al espectador con el sufrimiento de Juana, a demás ésta es mostrada durante el juicio con planos picados y a los jueces con planos contrapicados. Mostrando el poder de los jueces y la situación desvalida de Juana. Pero cuando Juana es llevada a la hoguera Juana es mostrada en contrapicado, se podría decir que durante la película los planos evolucionan de picado a contrapicado para mostrar su ascensión mediante el sacrificio. Dreyer intentó, en palabras suyas, crear un “himno al triunfo del alma sobre la vida”.


Tanto la versión de Dreyer como la de Bresson (El Proceso de Juana de Arco, 1962) reconstruyen un hecho histórico mediante las Actas del Juicio publicadas, pero ninguno de los dos directores busca reconstruir el acontecimiento de forma fidedigna, les interesa reconstruir esa realidad, ese mundo interior, que se daba en Juana de Arco. Huyen del realismo para explicar los sentimientos y el sufrimiento de Juana de Arco. Ambos directores buscan explicar el suceso pasando por su propio filtro de sensibilidad y plasmarlo en su ideario cinematográfico.


Lo que en realidad consiguen estos directores es hacer un tratamiento de la historia de Juana de Arco atemporal, donde prima la persona individual que el hecho histórico. Dreyer, por ejemplo, decide obviar el pasado de Juana para centrarse únicamente en el juicio; o Bresson otorga a toda la película de un aire de cotidianeidad que hace que su Juana de Arco sea un personaje con el que el espectador empatice rápidamente, ya que la muestra como una chica de su tiempo normal.
Aunque tanto Dreyer como Bresson buscan un trasfondo similar, Dreyer nos muestra la pasión de una mártir que es sacrificada injustamente, y Bresson resucita aun icono glorificado.


Dreyer muestra el dolor, el sufrimiento y las humillaciones por las que pasa Juana de Arco, podríamos decir que quiere que el espectador se sienta identificado con la realidad interior de la protagonista. Bresson, por el contrario, cree que en el propio acontecimiento real es donde se encuentra lo trágico y no en una mera representación. Todo lo espiritual de la Juana de Arco de Bresson surge a partir de lo cotidiano, y en Dreyer surge a partir de la paz que la protagonista encuentra en la Cruz. Pero, al fin y al cabo, estas dos versiones acaban contando, de manera muy eficaz, el martirio de una mujer que es acusada injustamente de hereje.


Finalmente vamos a comentar la filmografía de Lars Von Trier y cómo los directores mencionados anteriormente han influido en la visión de este director en la mujer, concretamente en el sufrimiento de esta en sus historias.


Lars Von Trier también ha realizado una adaptación del mito de Medea en 1988. La Medea de Lars Von Trier se nutre directamente de la Medea de Dreyer y de la de Pasolini. Es uno de los puntos de partida de su filmografía más importantes. Presenta el personaje de Medea de forma más oscura, muestra toda la crueldad y visibiliza la violencia. Es por eso, por lo que, en el asesinato de los hijos, Lars Von Trier decide afrontarlo de manera directa: vemos un paisaje casi desierto donde destaca el árbol donde Medea ahora al primero de sus hijos, el segundo hijo le pide ayuda con la soga para completar esta especie de ritual. Hay una complicidad entre las víctimas que saben que forman parte de un proyecto mayor que ha de ser terminado. Von Trier nos presenta a Medea como una mujer emocional, que actúa por cuenta propia y que quiere ser dueña de su destino. A partir de aquí se va a crear un personaje que rompe las normas y que se sitúa en la frontera de las acciones racionales y comprensibles. Esto se irá repitiendo en sus obras posteriores.


Un ejemplo de personaje femenino transgresora de las normas y que se encuentra en la frontera de lo racional y comprensible es Bess de Rompiendo las Olas (1996). Es una mujer extremadamente religiosa y se enfrenta a un debate interno entre lo que ha de hacer y entre lo que la sociedad diga de ella. El esposo de Bess sufre un accidente que le impide mantener relaciones sexuales, por eso le pide a su mujer que tenga relaciones con otros hombres y se lo describa. Aquí es donde nace el debate interno de Bess, que, finalmente acaba aceptando la petición de su marido. Esta mujer acaba siendo violada, torturada y asesinada; este martirio por el que pasa es el que salva al marido de la dolencia.


Otro personaje femenino de Lars Von Trier que se ve abocado al martirio es Grace de Dogville (2003). Al principio es una mujer que decide trabajar en el pueblo para esconderse de los que le persiguen, poco a poco los habitantes del pueblo van mostrando su verdadero rostro y le irán pidiendo más y más favores a Grace, finalmente acaban por engañarla, abusar de ella, violarla, torturarla psicológicamente atándole una campana al cuello. Finalmente, los habitantes de Dogville la acaban entregando a aquellos que la perseguían y ella acaba mostrando su parte más vengativa.


En estas tres películas que he comentado de Lars Von Trier podemos ver características de Dreyer, Buñuel, Pasolini o Bresson. Pero no solo eso también podemos ver a Juana de Arco o Pandora. Por ejemplo, la relación que Bess (Rompiendo las Olas 1996) tiene con Dios hace clara referencia a La Pasión de Juana de Arco (1928) de Dreyer. Bess puede ser considerada como una mártir de su causa, que en este caso es su matrimonio.


En Dogville (2003) realmente es Grace quien siembra la discordia en el pueblo, si no fuera por su llegada Dogville no hubiera acabado en cenizas. Esto enlaza directamente con la visión de la mujer como portadora del caos y la discordia, tal y como lo eran Eva o Pandora o como lo eran los personajes femeninos de Buñuel. La forma en la que el propio Von Trier decide representar el pueblo de Dogville es muy significativa. Lo despoja de todo artificio, lo que le va sucediendo a la protagonista, aquello que va sintiendo es lo que realmente cobra importancia, tal y como sucede en las adaptaciones de Juana de Arco de Dreyer y Bresson.


La confrontación que hace Pasolini entre lo laico y la religión se puede apreciar en Rompiendo las Olas o en Nymphomaniac (2013). Lars Von Trier va haciendo una confrontación entre estas dos dualidades en varias de sus obras. Pero, sobre todo, en las obras de Lars Von Trier se justifica el martirio de la mujer como forma de salvación o de aprendizaje.


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